jueves, 4 de junio de 2015

Problemas en la Educación del Siglo XXI

"Nunca dejes que la escuela interfiera con tu educación."

— Mark Twain

Una mirada al maravilloso documental "La Educación Prohibidadebe ser suficiente para dejar claro que hay grandes problemas conceptuales sobre el sentido y el propósito que se tiene sobre la educación hoy en día. 

Se trata de problemas que, para cualquier profesor serio de cualquier materia que se trate, es imposible pasar por alto. Problemas que tienen que ver con grandes conflictos históricos en la concepción de la educación que se han venido acarreando desde hace años y años, y que, lamentablemente, siguen teniendo terribles repercusiones en la actualidad.

En primera instancia, hay que darse cuenta de que, verdaderamente, el sistema educativo actual no está fundamentado en el principio de equidad de oportunidades o en la equidad de derechos, sino en lo contrario.

Me atrevo a decir que el problema conceptual también tiene un origen o una naturaleza de corrupción, moral, porque la concepción contra la cual hablamos concibe a unas personas superiores, y a otras inferiores.  

Es problema terrible con un modelo en el que se piensa que los sobrevivientes deben ser los más fuertes o los más 'fuertes' o los más adaptados a un sistema son los únicos que deben tomarse en cuenta, mientras que los más débiles sólo son discriminados o ignorados como los que no sobresalen o los que no importan.

Algunos modelos teóricos-epistemológicos se planteaban cosas parecidas en el siglo XIX:

El positivismo proponía que el estatus social va de lo "primitivo" a lo "civilizado", de lo agricultural a lo industrial, y esto se volvió una idea popular en los filósofos Friedrich Hegel, Emmanuel Kant y Auguste Comte. Obtener los mayores resultados posibles con el menor esfuerzo posible.

El conductismo que tiene relación directa con dos modelos: 1) La revolución industrial (que forma un estado de vida mecanisista y rutinario) y 2) en el darwinismo social, bajo el cual el alumno termina siendo observado como rata de laboratorio, medible y cuantificable bajo un esquema eugenésico de Spencer. Asímismo, el taylorismo-mecanicista, con el que se pasará a los tests estandarizados.

El "evolucionismo social" (según la teoría de la evolución sociocultural de Comte) que influyó en el socialista utopiano Henri Saint-Simon (quien proponía una forma tecnocrática de socialismo en el que la economía fuera manejada por industrialistas y especialistas técnicos que ocuparían posiciones de liderazgo basado en el mérito tecnológico). 

Con Henry Spencer estas ideas se vuelven populares entre académicos desde finales del siglo XIX hasta el término de la guerra mundial. 


¿Es esto resultado del despotismo ilustrado? ¿del positivismo y el evolucionismo social de Comte? ¿del conductismo? ¿del darwinismo social? ¿del materialismo? ¿de la postmodernidad? ¿de la conformidad y los intereses de los involucrados en la construcción de los sistemas educativos?... ¿de una mezcla de todas?

Sin importar la respuesta a estas interrogantes, debemos darnos cuenta, como decía Martin Luther King Jr, de la necesidad de ser y formar inadaptados sociales para lograr cambios benéficos en las sociedades. 

Los problemas educativos, indiscutiblemente, tienen gran relación con la política, pero más allá de la política misma, muchos surgen de una concepción monopolizadora del conocimiento y una administración tiránica, tanto en grandes proporciones, como en el pequeño poder de las instituciones, los educadores y las companías y organismos interesados en la susodicha educación de la población. 

Da igual si la educación la preparan sólo los teóricos, o sólo los biólogos, sólo los religiosos, sólo los políticos, sólo los artistas, sólo los administrativos, sólo los religiosos, o sólo las corporaciones. El problema persistirá si sólo UNA porción de la población es privilegiada, estableciendo una concepción parcializada sobre quién debe decidir los temas educativos, sobre qué grupo tiene una cosmovisión apta y aceptada para quienes la quiere, y qué grupo posee una cosmovisión que debe ser censurada.

Toda concepción parcializada que determine de forma uniteral la dirección de la educación termina por ser una concepción discriminatoria, porque se excluyen a las voces que les parecen menos importantes a determinada élite o grupo de 'expertos' o profesionales.

Es una educación censurada aquella en la que no solo no se escuchan a todas las voces por igual, sino que aquella en la que se prohíbe la expresión y se prohíbe el acceso imparcial a diversos, distintos, y (¿porqué no?), contrarios, puntos de vista.

Es una educación antigualitaria aquella que parte de la idea de una determinada superioridad intelectual de cierta élite.

Es una educación corrompida aquella en la que el bien justifica los medios (el bien, siendo lo que ellos eligen, y los medios, siendo la censura de lo que no quieren escuchar).

Las voces que no son escuchadas son tachadas con un estereotipo de inferioridad intelectual y son los "intelectualmente inferiores" los que se espera que se adapten al modelo "más fuerte" de superioridad intelectual, o de lo contrario, son relegados, excluidos, desechados o simplemente eliminados.

Se les limita su desarrollo al no permitirles continuar con su profesionalización, al negarles el derecho al conocimiento; se les quitan sus oportunidades, al no brindarles las herramientas formales y formativas que socialmente significan una aprobación del sistema, o bien, la capacidad de desarrollarse plenamente en el mismo. 

Nos encontramos a un siglo en el que la educación libre, en una incontable cantidad de colegios, es prohibida. Prohibida por un grupo de personas (no sólo por los políticos y directores implicados indirectamente, sino también los implicados directamente como maestros y colegas) que nos han quitado la libertad a los trabajadores de la educación, a los estudiantes, a los padres, a las comunidades, a los estudiantes. 

No es que sea algo nuevo. Es algo que se estableció, y, según la época y el lugar, se ha perpetuado para proteger los intereses de una élite. No es que sean problemas que no se hayan señalado hasta recientes épocas. En el siglo XX, el gran pedagogo brasileño, Paulo Freire, ya señaló las consecuencias dañinas de la educación bancaria y la necesidad de una pedagogía de consciencia crítica, como práctica de la libertad, la participación comunitaria, la liberación de ideas del pueblo y la expresión del pensamiento y el alma. Sin embargo, desde siglos antigüos, personajes como Johann Heinrich Pestalozzi  y Friedrich Fröbel hablaban sobre algunas de esas deficiencias educativas que, lamentablemente, muchos mal llamados "educadores" no han querido escuchar. 

Lo que no quieren escuchar es que la educación debe ser democrática, y no censurada. Mientras más democrática sea la educación, más oportunidad habrá de que se enseñen diversos paradigmas explicativos en la ciencia, el arte y la religión, de manera que la humanidad llegue a hallar soluciones constructivas y benéficas para todos, en todo sentido. 

¡Imáginense! Hablamos de una educación en la que, por ejemplo, se permita la enseñanza tanto la teoría de la evolución, como la teoría del Diseño Inteligente, sin que el gobierno o la institución prohíba alguna de las dos en base a una visión prejuiciosa que quiere acallar a la otra, en vez de discutir respetuosamente las preguntas, interrogantes y argumentos cuestionables que cada una tiene desde cierto punto de vista. 

Hablamos de una educación en la en vez de censurar las ideas que nos gustan o disgustan, se permita un espacio para el verdadero intercambio de ideas de manera respetuosa, una en la que el pensamiento se construya ejerciendo nuestro libre albedrío, una en la que la realidad se trate de entender, y el conocimiento se busque aplicar, para el bien y de uno mismo, y al mismo tiempo, para el bien de nuestro prójimo.

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