Texto sin oraciones subordinadas
(Con yuxtaposición o coordinación)
Materia: Estructura del Español
En el principio, Él hizo la Creación; más tarde, Su venida fue anunciada. La Palabra se hizo carne, habitó entre nosotros, y estuvo en el mundo, pero el mundo no le conoció. Nos habíamos desviado, nos habíamos apartado, y andábamos perdidos, estábamos descarriados.
Nació en un pesebre en Belén, y creció en Nazaret. Unos lo esperaban, otros ya procuraban su muerte. Crecía, y las personas se asombraban con Sus respuestas. Una voz clamó en el desierto, y fue bautizado en el Jordán; fue al monte y principió su ministerio, comenzó a predicar. En el monte lo escuchó la multitud, y sus palabras les enseñaban. Muchos lo siguieron, Su fama se extendía, y muchos querían buscarlo; anunciaba buenas nuevas: Él no vino a juzgar al mundo, sino que vino a salvarlo.
Nos mostró un camino de reconciliación, y habló verdad, proclamó justicia e instruyó el perdón, prometió vida, y glorificó al amor, caminó con humildad y sanó con compasión. Los ciegos veían, los cojos andaban, los sordos oían y los leprosos se limpiaban. Los muertos resucitaban y el evangelio era anunciado a los pobres. Predijo su muerte y advirtió sobre tiempos peligrosos.
Muchos creyeron en Él, sin embargo, los fariseos hipócritas lo despreciaban, los perversos lo insultaban, los incrédulos lo ignoraban, los religiosos pensaban mal en contra de Él, y sus enemigos lo perseguían. Uno de los doce lo traicionó, lo entregó a ellos, y éstos le entregaron al gobernador romano.
Era llevado al Calvario, los soldados le abrían paso. Muchos lo injuriaban, varios lo maldecían, algunos se acercaban, querían ver al que llevaba la Cruz. Él llevaba nuestras enfermedades, y cargaba con nuestros dolores.
Sus manos fueron clavadas, sus pies fueron traspasados, y su cuerpo fue colgado en un madero. Se dispuso con los impíos su sepultura, dos malhechores lo flanqueaban a sus lados aunque no había hecho violencia, ni había causado daño, ni había engaño en su boca.
Derramó su sangre, derramó su alma hasta la muerte, y con los transgresores fue contado. Llevaba el pecado de muchos, intercedía por los pecadores. Los religiosos fariseos y los incrédulos gobernantes lo despreciaron, los escribas y los ancianos se burlaban. Clamó a gran voz, y exhaló el espíritu. La tierra tembló y las piedras se quebraron. El centurión y los custodios temblaron asustados.
El castigo cayó sobre Él, sus heridas nos sanarían. Los dolores de la muerte fueron sueltos, y en tres días levantó el templo. La muerte no pudo retenerlo: Jesús resucito; fue muerto a la carne, pero fue vivificado en el espíritu. Ascendió al Reino de los Cielos, y ciertamente vive en el poder de Dios.
Cristo dijo ser el camino a Dios. Padeció una sola vez, fue ofrecido, y llevó los pecados de muchos, pero vendrá una segunda vez, y no tendrá relación al pecado. Se llevará a los obedientes, ellos lo esperan ansiosamente. Más ésta será la condenación: La luz vino al mundo, pero las acciones delos hombres eran muy malas, y siguieron a la oscuridad. Habló la palabra, y ella juzgará en el día final.
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