Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
“El proceso de comparación
en la enseñanza y aprendizaje”
en la enseñanza y aprendizaje”
Licenciatura
en Enseñanza de Inglés (LEI)
Semestre 2013-1
Semestre 2013-1
Materia:
Psicolingüística
Alumno:
Omar García Pérez
21 / Septiembre / 12
21 / Septiembre / 12
Introducción
Desde principios de la humanidad, el proceso mental de la comparación ha jugado un papel muy importante en el pensamiento
cognoscitivo del ser humano. Durante el transcurso de la historia, éste ha sido usado más frecuentemente de lo que se
cree, y se le ha dado aplicación de numerosas formas, ayudando por una parte a la
instrucción y adquisición de nuevos conocimientos, y así mismo, a la
comprensión significativa de múltiples fenómenos.
En las culturas más antiguas, la
evidencia de la aplicación de este proceso mental es muy notable al revisar sus
registros históricos, sus escritos y otros elementos culturales. Uno de ellos
son los proverbios, los cuáles se han infundido en numerosas sociedades y a
menudo han sido tomados de lenguas y culturas similares. Los proverbios se han hecho
con el fin de inculcar, en un contexto de aprendizaje ético, una enseñanza de
relevancia moral por medio de un ejercicio de comparación. Un ejemplo se halla
en la Biblia hebrea, en el Libro de Proverbios y las parábolas incluidas en la
misma; las palabras “proverbio” y
“parábola” provienen directamente del vocablo hebreo “mashal” (מָשַׁל), que significa “comparación” o "semejanza", Encyclopædia Britannica (2012). El antropólogo Ricœur (2001:42) es
de esta postura al decir que “el
proverbio es una comparación entre dos órdenes de cosas”; lo mismo expone Spurzheim en su obra (1832: 354) donde aseguraba
que “la comparación es el
origen de los proverbios” que transmiten enseñanzas en expresiones
figuradas. En su análisis cognoscitivo de estos proverbios mediorientales,
Fontaine (en Honeck 1997:26) considera que una función fundamental de ellos era
difundir el potencial de una postura, y aclaración en situaciones de
conocimiento ambiguas, inciertas o confusas. En la misma línea de pensamiento, Sampson
(2005:150) asegura que el proverbio buscaba revelar un aspecto fundamental de
la verdadera naturaleza de una cosa, por medio de la comparación con otra. Los
proverbios junto con las parábolas, las metáforas, los refranes, etc., son
ejemplos universales que hacen denotar el sentido en el que el pensamiento de
la mente humana presentaba un proceso cognoscitivo de comparación desde tiempos
ancestrales, siendo usado desde entonces con el fin de inculcar una enseñanza en
particular y esclarecer diversos conocimientos sobre un tema.
Dada su importancia y concurrencia en
la mente, no es de sorprenderse que hasta hoy en día, la comparación siga
teniendo un papel elemental en la vida diaria en todas las áreas de
conocimiento, usado particularmente en el contexto educativo para mejorar y aumentar
la abstracción y asimilación de múltiples tareas, conceptos específicos y refinar la percepción de los
mismos con el objeto de lograr un mejor entendimiento y aprendizaje de cierta
materia por parte de los estudiantes.
Este proceso mental se ha ocupado para
mejorar tanto la comprensión del mundo que rodea a los seres humanos, como la
adquisición de nuevos conocimientos, nuevas habilidades, y el desarrollo de
avances tecnológicos. Por ello, entre otras razones, se ha investigado en el
área de la neurociencia y la psicolingüística, y ha sido incorporado como un
proceso consciente de utilidad pedagógica para la facilitación del estudio en
las aulas educativas, incluyendo aquellas dedicadas a la enseñanza de idiomas.
Lingüistas como Langacker (en Croft, 2008:82) consideran que la comparación
constituye una operación cognitiva fundamental en este sentido.
En este ensayo se explorará
precisamente el proceso de comparación con un enfoque en el fenómeno
lingüístico en su faceta pedagógica, específicamente en la adquisición de una lengua.
Para ello, primero se dará la definición de la comparación y sus respectivas
características, describiendo en lo que consiste la comparación, analizando
cuáles son sus aspectos y examinando el punto de relación que tiene con otros
procesos mentales.
También se indagará en cuáles serían
algunas de las ventajas y desventajas que la práctica de este proceso cognitivo
puede brindarle al estudiante, y cuáles son sus efectos positivos, tanto para
el ejercicio de la docencia, como para el aprendizaje del alumno que adquiere
una lengua, y en general, cómo puede enriquecer el proceso educativo este
proceso mental.
Capítulo
1.
¿Qué es la comparación?
Una de las definiciones más concretas y convencionales para explicar el significado de la comparación la conceptualiza como “el proceso de identificar y articular las semejanzas y diferencias entre dos cosas o fenómenos” (Marzano, 2005: 119). La RAE (2012) define ‘comparar’ como “fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanza”. Por su parte, Sarmiento (2003: 123), la precisa como la operación mental que se efectúa cuando se hallan semejanzas o diferencias entre las cosas, se identifican o reconocen diversas partes de un todo y se constituye una nueva perspectiva de ellas. Esto último se debe a la consideración de que no sólo se trata de comparar fenómenos entre sí, sino también el conocimiento previo que se posee sobre ellos. En general, la mayoría de las definiciones no varían mucho y siempre mantienen la misma idea de un estudio simultáneo de dos o más fenómenos describiendo una serie de similitudes y divergencias.
¿Qué es la comparación?
Una de las definiciones más concretas y convencionales para explicar el significado de la comparación la conceptualiza como “el proceso de identificar y articular las semejanzas y diferencias entre dos cosas o fenómenos” (Marzano, 2005: 119). La RAE (2012) define ‘comparar’ como “fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanza”. Por su parte, Sarmiento (2003: 123), la precisa como la operación mental que se efectúa cuando se hallan semejanzas o diferencias entre las cosas, se identifican o reconocen diversas partes de un todo y se constituye una nueva perspectiva de ellas. Esto último se debe a la consideración de que no sólo se trata de comparar fenómenos entre sí, sino también el conocimiento previo que se posee sobre ellos. En general, la mayoría de las definiciones no varían mucho y siempre mantienen la misma idea de un estudio simultáneo de dos o más fenómenos describiendo una serie de similitudes y divergencias.
¿Cómo
se hace la comparación?
Este proceso cognitivo se realiza estableciendo primero una determinada relación entre los puntos característicos de dos o más fenómenos. Las cosas se comparan por uno u otro aspecto o cualidad, o por una u otra particularidad, ya sea forma, construcción, etc. (ibíd.).
Castañeda (2007:12) habla de la comparación como un proceso en el que se establecen semejanzas y diferencias entre las características de dos objetos o situaciones, considerando que pertenecen a una misma variable o una misma categoría, por ejemplo: sexo, edad, color, etc., (varían y tienen diferentes valores). Todo esto implica un procesamiento continuo de la información y también va muy relacionado con el proceso de categorización y clasificación, puesto que las características que se reconocen con la comparación se conectan mediante una proposición que establece un nexo entre ellas. Además se determinan puntos en los que los fenómenos son iguales o parecidos, o bien, contrastantes u opuestos.
Este proceso cognitivo se realiza estableciendo primero una determinada relación entre los puntos característicos de dos o más fenómenos. Las cosas se comparan por uno u otro aspecto o cualidad, o por una u otra particularidad, ya sea forma, construcción, etc. (ibíd.).
Castañeda (2007:12) habla de la comparación como un proceso en el que se establecen semejanzas y diferencias entre las características de dos objetos o situaciones, considerando que pertenecen a una misma variable o una misma categoría, por ejemplo: sexo, edad, color, etc., (varían y tienen diferentes valores). Todo esto implica un procesamiento continuo de la información y también va muy relacionado con el proceso de categorización y clasificación, puesto que las características que se reconocen con la comparación se conectan mediante una proposición que establece un nexo entre ellas. Además se determinan puntos en los que los fenómenos son iguales o parecidos, o bien, contrastantes u opuestos.
La
comparación analítica y su relación con otros procesos mentales.
Comparar no sólo implica un proceso de análisis desde el principio, sino una profundización analítica gradual durante todo el transcurso de estudio. Cuando es así se puede decir que la comparación de dos fenómenos es una comparación analítica Coller (en Tójar, 2006: 118) habla de ésta como aquella en la que el investigador observa y compara casos; cuando es por similitudes, estudiando los fenómenos a partir de una variable en común (convergencia), cuando es por diferencias, buscando y encontrando explicaciones a las diferencias que se producen en cada caso (divergencia). Este último aspecto de la comparación analítica demuestra la incorporación al proceso comparativo, no sólo del proceso de análisis, sino también de analogía, de hecho, desde el siglo XVIII, los frenologistas ya le atribuían gran importancia a la comparación, y destacaban la necesidad de ella para desarrollar una percepción adecuada de analogías (Spurzheim, 1832: 354).
La comparación también va de la mano de la observación continua de un fenómeno para examinar sus características. Otra cualidad de la comparación analítica es que implica en muchos sentidos un proceso de categorización o clasificación, lo que a su vez requiere de un buen análisis y racionalización de los contenidos. Además, Sarmiento considera que la comparación es “una premisa indispensable para la generalización" (2003: 124), debido a que el sujeto, al comparar los objetos y fenómenos de la realidad, puede establecer cuáles son sus aspectos generales y reunirlos mentalmente bajo una misma idea (se les puede generalizar).
Comparar no sólo implica un proceso de análisis desde el principio, sino una profundización analítica gradual durante todo el transcurso de estudio. Cuando es así se puede decir que la comparación de dos fenómenos es una comparación analítica Coller (en Tójar, 2006: 118) habla de ésta como aquella en la que el investigador observa y compara casos; cuando es por similitudes, estudiando los fenómenos a partir de una variable en común (convergencia), cuando es por diferencias, buscando y encontrando explicaciones a las diferencias que se producen en cada caso (divergencia). Este último aspecto de la comparación analítica demuestra la incorporación al proceso comparativo, no sólo del proceso de análisis, sino también de analogía, de hecho, desde el siglo XVIII, los frenologistas ya le atribuían gran importancia a la comparación, y destacaban la necesidad de ella para desarrollar una percepción adecuada de analogías (Spurzheim, 1832: 354).
La comparación también va de la mano de la observación continua de un fenómeno para examinar sus características. Otra cualidad de la comparación analítica es que implica en muchos sentidos un proceso de categorización o clasificación, lo que a su vez requiere de un buen análisis y racionalización de los contenidos. Además, Sarmiento considera que la comparación es “una premisa indispensable para la generalización" (2003: 124), debido a que el sujeto, al comparar los objetos y fenómenos de la realidad, puede establecer cuáles son sus aspectos generales y reunirlos mentalmente bajo una misma idea (se les puede generalizar).
Falibilidad y
efectividad de la comparación.
Cuando la comparación es usada de
forma correcta no se realiza una descripción o análisis arbitrario, ni una
observación frívola o superficial; por el contrario, un proceso comparativo
bien realizado debe aplicar un análisis prudente y cuidadoso, con un
entendimiento verdadero de los fenómenos estudiados, bajo una percepción
adecuada de sus aspectos característicos. Al aplicar la comparación secuencial, si los
fenómenos a comparar no se entienden realmente bien, a menudo, el individuo
puede llegar a realizar una comparación específica (partiendo de
un punto de vista anterior) errónea, por ello, es importante que se sepa
cuando, cómo y porqué usar ese proceso mental aplicado en actividades de
trabajo. Lo ideal sería asegurarse de que se parte de una concepción correcta
del conocimiento, o de un esquema de ideas que no sea erróneo, y debe cuidarse a
que no se malinterpreten los fenómenos estudiados, porque si se llega realizar
un proceso comparativo-analítico erróneo o incorrecto basado en presunciones o
supuestos falibles, se puede afectar el aprendizaje (Bigler, 1996: 100), Este
proceso permite la depuración del aprendizaje y un desarrollo de la “comprensión a profundidad”, que según Marzano
(2005: 1) se desarrolla al “hacer nuevas distinciones, aclarar los malos
entendidos y llegar a conclusiones” aplicando procesos de razonamiento. Si se
hace una comparación sin conocer verdaderamente las características reales de
los fenómenos, o asociándolas a otro tipo de fenómenos de una forma equívoca,
la generalización puede fallar. Por eso se podría considerar que para que haya
una comparación eficaz y verdadera, deben conocerse las características de los
fenómenos de una forma clara, de otra forma el estudio podría obtener
resultados erróneos provenientes de prejuicios o hipótesis fallidas. Por medio
de la diferenciación en la comparación, se logra la corrección de perspectivas
sobre conceptos y se evita la confusión. En síntesis, un análisis superficial
conllevará a un proceso de comparación superficial, y por tanto a un
aprendizaje superficial y falible; si el proceso de comparación es abstraído
con una interpretación de fenómenos errónea y no hay una corrección de los
conocimientos, la abstracción será defectuosa y el entendimiento, escaso.
Cuando los fenómenos comparados son malentendidos, confundidos, o
malinterpretados, el proceso de comparación será deficiente; en cambio, cuando
los fenómenos comparados son entendidos y comprendidos en forma verdadera, el
proceso de comparación será eficiente. De ahí la importancia de destacar el
papel de la comparación analítica. La comparación
secuencial que, según Borja, consiste en comparar nuevos conceptos con
otros aprendidos anteriormente, tiene una gran ventaja sólo en caso de que los
conocimientos de la materia hayan sido explorados y comprendidos
verdaderamente, y asimilados de la forma correcta, pues así se pueden prevenir
errores futuros en la práctica del conocimiento. Por otra parte, ésta puede
representar una desventaja en el aprendizaje si los conocimientos asimilados
previamente fueron mal interpretados o mal asimilados, aunque el individuo
piense lo contrario.
Capítulo 2: La
comparación en el proceso educativo.
Como se había dicho, la comparación es
un proceso cognitivo fundamental en el ámbito educativo. Marzano (2005: 119) considera
que éste “es probablemente, el proceso de razonamiento de uso más común en las
aulas de prescolar a preparatoria”, sin embargo, también hay gran racionalidad en
aplicarlo a nivel superior y en otras áreas, ya que facilita la construcción,
asimilación y apropiación de cualquier contenido temático (Ortiz, 2009: 56).
En lo que respecta a la enseñanza de una segunda lengua, es evidente que el objeto directo de comparación son las lenguas mismas, comprendiendo un proceso en el que se buscan estudiar las semejanzas y diferencias entre, por ejemplo, una segunda lengua que está en proceso de adquisición, y la lengua materna o una lengua adquirida previamente.
Una comparación analítica eficiente, se enfocaría al estudio de las simetrías y diferencias de los sistemas gramáticos, fonológicos, morfosintácticos, y semánticos de ambas lenguas. Esto es conocido como lingüística contrastiva (Alcaraz, 1996:299) que tiene como base, la comparación, y que tiende a mejorar las técnicas de enseñanza de una lengua, previniendo, corrigiendo y tratando de separar aspectos entre ambas. Esta temática tendrá dos tipos de beneficiarios: para el docente que imparte la enseñanza lingüística, la finalidad de que la comparación le permita identificar la problemática, o el punto de confusión de los estudiantes sobre los fenómenos comparado y pueda proceder a buscar la solución para los problemas de aprendizaje, por ejemplo, la elaboración de dinámicas o estrategias didácticas. Debido a que la lingüística contrastiva sirve de auxiliar al profesor para buscar los aspectos comunes y diversos de las lenguas, también representa un intento de ayudar al estudiante o adquisidor del idioma por la misma razón. Por su puesto, las características comunes entre lenguas no siempre son de fácil aprendizaje y esta tarea se lleva a cabo más por académicos y lingüísticas generalmente, aunque también por los alumnos como una estrategia menor de aprendizaje.
En lo que respecta a la enseñanza de una segunda lengua, es evidente que el objeto directo de comparación son las lenguas mismas, comprendiendo un proceso en el que se buscan estudiar las semejanzas y diferencias entre, por ejemplo, una segunda lengua que está en proceso de adquisición, y la lengua materna o una lengua adquirida previamente.
Una comparación analítica eficiente, se enfocaría al estudio de las simetrías y diferencias de los sistemas gramáticos, fonológicos, morfosintácticos, y semánticos de ambas lenguas. Esto es conocido como lingüística contrastiva (Alcaraz, 1996:299) que tiene como base, la comparación, y que tiende a mejorar las técnicas de enseñanza de una lengua, previniendo, corrigiendo y tratando de separar aspectos entre ambas. Esta temática tendrá dos tipos de beneficiarios: para el docente que imparte la enseñanza lingüística, la finalidad de que la comparación le permita identificar la problemática, o el punto de confusión de los estudiantes sobre los fenómenos comparado y pueda proceder a buscar la solución para los problemas de aprendizaje, por ejemplo, la elaboración de dinámicas o estrategias didácticas. Debido a que la lingüística contrastiva sirve de auxiliar al profesor para buscar los aspectos comunes y diversos de las lenguas, también representa un intento de ayudar al estudiante o adquisidor del idioma por la misma razón. Por su puesto, las características comunes entre lenguas no siempre son de fácil aprendizaje y esta tarea se lleva a cabo más por académicos y lingüísticas generalmente, aunque también por los alumnos como una estrategia menor de aprendizaje.
La comparación hacia la
elección preferencial de modelos.
Ya que el conocimiento del individuo
cambia y puede definirse o redefinirse después del proceso comparativo, esto puede
ayudar a la elección o el rechazo de un modelo con respecto a otro. Por
ejemplo, en lo que respecta a percepciones, un proverbio de naturaleza
comparativa establece que “la situación A es mejor que la situación B”; en el
caso de modelos o teorías explicativas, un ejemplo podría estipular que “el
modelo ‘D’ es mejor que la teoría ‘E’”. En esto es notable que la comparación
puede conducir o guiar a la elección preferencial de una u otra explicación, o
fenómeno de forma sustentada en un análisis comparativo previamente realizado,
habiendo examinado todas sus variables. Así, el individuo podrá elegir mejor a que
modelo explicativo inclinarse, y a cuál no, descartar alguno y preferir otro. Esto
se conoce como “perspectivismo”, la
contraposición o comparación de perspectivas. Pozo (2006:428) considera que es un
requisito para la re-descripción de teorías.
La importancia para el
docente
La importancia del perspectivismo para
el docente es que el proceso de comparación le permite desarrollar un proceso
preferencial después de un análisis comparativo, se pueden tener más bases para
elegir entre dos o más opciones de modelos educativos, por ejemplo: cuál es el que
mejor puede ser aplicado al curso, o cuál es la mejor estrategia educativa para
aplicar en cierto nivel educativo, o cuáles son las dinámicas o técnicas de
trabajo que se acoplan o ajustan mejor a los objetivos que busca el programa
educacional. Seymour (2001: 64) explora esto cuando asegura que el análisis de
la realización de una estrategia consiste en comparar el comportamiento de un
sujeto con una serie de estrategias.
Por otro lado, ayuda al profesor a darse cuenta de que tanto ha asimilado el grupo los contenidos e identificar si los contenidos que se han visto fueron bien comprendidos, o se tendrá que hacer una revisión de los mismos, y así se facilita la evaluación escolar que técnicamente aplica el principio de comparar los resultados de distintos fenómenos o respuestas en relación a un esquema o marco de referencia que se desea aprender, en otras palabras: “comparar lo que el alumno sabe, con lo que el alumno “tiene que saber” (Pozo, 2006: 125). Castañeda (2007:12) habla de la comparación como una de las “operaciones complejas” esenciales que permiten consolidar el pensamiento abstracto por medio de actividades.
Por otro lado, ayuda al profesor a darse cuenta de que tanto ha asimilado el grupo los contenidos e identificar si los contenidos que se han visto fueron bien comprendidos, o se tendrá que hacer una revisión de los mismos, y así se facilita la evaluación escolar que técnicamente aplica el principio de comparar los resultados de distintos fenómenos o respuestas en relación a un esquema o marco de referencia que se desea aprender, en otras palabras: “comparar lo que el alumno sabe, con lo que el alumno “tiene que saber” (Pozo, 2006: 125). Castañeda (2007:12) habla de la comparación como una de las “operaciones complejas” esenciales que permiten consolidar el pensamiento abstracto por medio de actividades.
La importancia para el
alumnado.
El uso de la comparación en la
evaluación también puede ser aplicada por el mismo alumno a sí mismo como un
ejercicio de autoevaluación en el que se pueda dar cuenta el mismo de lo que
piensa y compararlo con otras explicaciones o modelos (ídem: 183). En el caso
de la adquisición específica de la lengua, se puede facilitar la adquisición de
un conocimiento en gran manera, ¿pero cómo es que la diferenciación de dos
lenguas ayuda o mejora el aprendizaje de una de ellas?; pues bien, el usar un proceso
comparativo, en general, ayuda a mejorar la abstracción y la comprensión de un
tema de múltiples formas, algunas de las cuáles son:
1. La memorización de vocabulario: La comparación entre vocablos de los dos idiomas puede ayudar en gran manera a la memorización. La comparación y la búsqueda de palabras similares entre una lengua y otra es una de las claves del sistema que Ramón Campayo, quien posee más de 50 récords mundiales de memorización, promueve para la adquisición rápida de una lengua. En este sentido, el parecido de las palabras, y la comparación de imágenes mentales de un concepto con otro, puede ser usada como en una especie de mnemotecnia.
2. Aprendizaje e integración grupal. Es una buena idea realizar trabajos o actividades grupales que consistan en la comparación de fenómenos un tema, lo que además de favorecer las relaciones interpersonales y la integración grupal, va a y discusión grupal ayuda a que el trabajo sea enriquecido con distintos puntos analíticos.
3. Corrección y progreso del aprendizaje. Al alumno le ayuda a corregir conceptos erróneos que se tenía antes sobre un tema, por ejemplo, la estructura sintáctica de una oración en cierto tiempo verbal.
4. Pronunciación. Para aprender la pronunciación de fonemas parecidos, la comparación de un fonema del inglés, con su equivalente en el español, pueden ayudar a depurar la pronunciación, haciendo una comparación entre la forma que se perciben en español y la forma en que realmente se tienen que decir en inglés.
Conclusiones
Se ha visto que la comparación es un
elemento básico e inseparable del proceso de aprendizaje. Sus grandes
utilidades y beneficios van desde la comprensión a profundidad del
conocimiento, la corrección y aclaración del mismo. Es útil tanto para conocimientos
concretos y metódicos del lenguaje, y por tanto, la utilización de este ayudará
a progresar el estudio de una lengua, y sin duda alguna, fungirá como una forma
de estimular la asimilación del idioma en muchos sentidos, y podrá determinar que
el aprendizaje significativo pueda lograrse.
Es por ello que se insiste en la
importancia de promover su utilización de forma sistemática, organizada y consciente
para mejorar el estudio y todos sus aspectos derivativos, de una forma mucho
más eficaz.
La comparación es uno de los procesos
mentales más relevantes para enseñar y aprender aspectos elementales de la
lengua, al igual que se ha ocupado para y mejorar la comprensión del mundo que
nos rodea, adquirir nuevos conocimientos, habilidades, y avances en la
adquisición de una segunda lengua.
Bibliografía
- ALCARAZ, Varó Enrique (1996), Enseñanza y Aprendizaje de Las Lenguas Modernas, Madrid, Ediciones Rialp.
- BIGLER, Erin D. (1996), Neuroimaging I: Basic Science, Nueva York, Plenum Press.
- CASTAÑEDA, Juan Jiménez (2007), Aprendizaje y Desarrollo, Zapopan, Ediciones Umbral.
- CROFT, William; D. Alan Cruse (2008), Lingüística cognitiva, Madrid, Ediciones Akal.
- SPURZHEIM, Johann Gaspar (1832). Phrenology or the doctrine of the mental phenomena. Volumen 2. Boston. Marsh, Capen & Lyon.
- HONECK, Richard P. (1997). A Proverb in Mind: The Cognitive Science of Proverbial Wit and Wisdom, Mahwah, New Jersey, Laurence Edbaum Associatives, Inc. Publishers.
- MARZANO, Robert J. (2005), Dimensiones del aprendizaje: Manual para el maestro, Guadalajara, ITESO, 2ª edición.
- ORTIZ, Alexander Ocaña (2009) Aprendizaje y Comportamiento basados en el funcionamiento del cerebro humano: emociones, procesos cognitivos, pensamiento e inteligencia. Colombia, Ediciones Litoral.
- POZO, Juan Ignacio (2006), Nuevas formas de pensar la enseñanza y el aprendizaje: Las concepciones de profesores y alumnos, Barcelona, Graó.
- RICŒUR, Paul (2001), La Metáfora viva, Madrid, Ediciones Cristiandad.
- SAMPSON, Robin (2005), The Heart of Wisdom Teaching Approach, Illinois, Heart of Wisdom Publishing.
- SARMIENTO, Cipagauta Armando (2003), El explorador del conocimiento: Territorios para el despeje de la inteligencia y la afectividad en los procesos de aprendizaje, Bucaramanga, UNAB.
- SEYMOUR, Jerome Bruner (2001), El Proceso Mental en el Aprendizaje, Madrid, Narcea Ediciones.
- TÓJAR, Juan Carlos Hurtado (2006), Investigación cualitativa: Comprender y actuar, Madrid, Editorial La Muralla
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